domingo, 28 de febrero de 2010

Aliado


Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales... Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas.

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir. El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: "Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?"

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez.

Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:

El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él. Imaginé que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro, y al otro... Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede. Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza...


jorge bucay. déjame que te cuente.

sábado, 27 de febrero de 2010

Agusto

Pequeñas dosis de felicidad, y muchas carcajadas...
Hacen mis dias enteros.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Aproximacion

Ganas de recordar:



sábado, 20 de febrero de 2010

Alumbrada

Me gusta pasear desnuda...

viernes, 19 de febrero de 2010

Aparato

Autora

jueves, 18 de febrero de 2010

Awuite

Como se nota lo poco que nos parecemos...
yo que disfruto de cada detalle... del misterio
y tu deseco terminas con la esencia, te pierdes en tu demencia...
poca paciencia.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Aficcion


¿Nunca te ha pasado que un sentimiento se apodera de tu cuerpo y es dificil dejarlo ir?
a mi me pasa, y no se si es lo más adecuado.
A veces me atormenta, a veces me da miedo...
A veces lo olvido... pero nunca lo pierdo.

viernes, 12 de febrero de 2010

Alumbrar

Aqui les dejo Cashback
uno de mis cortos favoritos.
:) velo.



miércoles, 3 de febrero de 2010

Amarillo

Quién me regale esto tendrá mi amor incondicional por siempre.
amén.

martes, 2 de febrero de 2010

Alcanzo


A caso se podrá?
Formulando una cuestión se genera un producto tangiblemente efímero donde se muestra el constante cambio que se sufre a travez de los segundos, minutos y horas.
3 fotografías tomadas con la idea constante de la variación del tiempo, así como sus colores, maticez y nubes pues su efimera aparición al amanecer se vuelve casi saboreable hasta el final del atardecer.

La intención? Solo una representación visual que nos lleva a lo más objetivo dentro de esta subjetividad: El final.

A cada inicio se genera un final, hoy lo somos, mañana, ya no más.-